viernes, 30 de julio de 2010

Capitulo 15

Intente recordar cuando había sido la ultima vez que me sentí así. Era obvio que ella se sentí culpable porque había engañado a Frankie con ella. Mire mi mano, sin el anillo y el pánico se apodero de mi. Rabia perdido el anillo entre las sabanas de otra mujer, Fantástico. Volvi a su casa a buscar el anillo.
Toque el timbre unas cuantas veces y no contestaba, hasta que abrió la puerta, estaba mojada y envuelta en una toalla, preferí no mirar mucho.


- ¿Que queres? - pregunto ella agriamente.

- Creo que .. deje algo en tu casa, mas concretamente en tu cama.


Ella frunció el ceño confundida y entonces le mostré mi mano sin el anillo.


- yo no la encontré - respondió dirigiéndome la mirada - ¿Que te hace creer que te olvidaste el anillo en mi casa?

- Tenia el anillo cuando llegue a tu casa y cuando salí de tu casa no lo tenia mas.

- Lo voy a buscar - prometió ella - y si lo encuentro...

- A lo mejor la tendríamos que buscar juntos - interrumpí.

- ¿No confías en mi? ¿Crees que no te la voy a dar para que tu hermosa futura esposa que tanto amas se de cuenta de que perdiste el anillo nada mas y nada menos que en la cama de otra mujer? Que irónico, un futuro marido perdió el anillo en las sabanas de otra mujer.

- Si confio en vos, solo quiero ayudarte, nada mas.

- Deja de hacerte la victima hipocrita, ¿Te pensas que voy a caer en tus juegos, que vas a venir con tu cara de angel caido del cielo y que voy a pensar que sos la persona mas maravillosa del mundo? Te equivocas Poynter.

- No me llames por mi apellido no me gusta, ¿De que estas hablando? ¿que juegos? - dije confundido.

- Jaja no me hagas reir, para vos solo soy una aventura y no significo nada, me di cuenta desde el primer dia en que te conoci que eras asi.

- No me conoces, no sabes nada de mi - dije enojado.

- Perfecto - agarro mi mano y me dio el anillo - Vos y tu anillo se pueden ir bien lejos.


Después de decir esto, cerro la puerta de un portazo. ¿ella tenia razón? ¿la había usado? ¿significaba algo ella para mi? Sea lo que sea, esa noche tenia que Volver a Londres para aclarar las cosas con Frankie, aunque realmente no la amaba, me sentía mal por haberla engañado.

miércoles, 9 de junio de 2010

Capitulo 14

- Ahora me tomaría un vaso de agua.

Mi risa resonó en la habitación mientras se soltaban de su abrazo.

- Voy a buscar agua a la cocina - exclamo el desapareciendo.

Coloque la ropa sobre la silla, preguntandome si el se había arrepentido, Tal vez estaría en la cocina inventando una excusa para irse, o tal vez se dio cuenta de que la amaba a ELLA. Entre al baño y me bañe rápidamente y luego me puse una remera blanca y unos shorts rojos. Salí del baño y encontré a Dougie con el vaso de agua. El observo mi ropa y frunció el ceño.

-Desearía que no hubieras hecho eso.
- ¿No te gusta mi pijama?
- No, me refiero a ponerte ropa.
- ¿Porque?

- Porque - comenzó a acercarse lentamente con una mirada seductora - todavía no terminamos.


Tuve la sensación de que algo iba a salir mal antes de abrir los ojos. Me quede pensando un momento antes de abrir los ojos, mientras sentía la luz del sol en mi cara, me di vuelta para el otro lado para que no me de el sol y fue ahí cuando me encontré con su cara angelical, parecía un ángel un un profundo sueño, era perfecto, pero no era mio. El brazo de Dougie estaba sobre mi cintura. Mi mirada busco su dedo anular y comprobé que no tenia el anillo ¿Se lo había sacado por respeto a mi o por respeto a su novia? o tal vez el se la sacaba siempre que engañaba a su novia... En ese momento el remordimiento me invadió ¿Como pude ser tan estupida? ¿Como no pude resistirme? ¿Cuantas veces habría el amanecido asi con una mujer? Yo sabia que el pertenecía a otra, sabia que su corazón pertenecía a otra y a pesar de eso me acoste con el... La mortificacion se apodero sobre mi y me separe de el y sali de la cama y me meti en el baño, cerre la puerta silenciosamente y me apoye pesadamente sobre la puerta, intentando contener lagrimas de frustracion o de tristeza. Habi perdido todo respeto a mi misma, yo nunca pense hacer eso, a mi no me gusta o tal vez estaba triste porque sabia que el estaba con otra! El llanto se estrangulo en mi garganta.

-¿Vicky?

Un suave golpecito en la puerta me sobresalto, secándome las lagrimas me mire al espejo.

- ¿Vicky, estas bien? - pregunto el , llamando a la puerta mas fuerte.

No quería verlo a el, no quería enfrentarme a el.

- Si, si - grite temblorosa - Estoy bien.

Me meti la ducha para evitar seguir la conversación.

jueves, 3 de junio de 2010

Capitulo 13

- Te deseo, Te deseo desde el dia que te vi.


El tomo una bocanada de aire y se acerco a mi, deseoso y desesperado. Me beso profundamente mientras sus manos recorrían mi cintura y subían por mi espalda.
Se saco la camisa y la tiro al suelo. Recorrí la cintura de sus jeans pero el me detuvo. Saco mi vestido por debajo y me puso de espaldas contra la mesa y se detuvo en mi boca con un beso lleno de pasión y deseo, cuando mis manos tocaron su pecho el me desabrocho el corpiño y lo retiro literalmente con los dientes.
El se inclino sobre mi y me estremecí, tenia la piel suave y sedosa. Me tomo de las muñecas suavemente y coloco mis manos por encima de mi cabeza y haciéndome gemir sin control mientras su boca, sus labios, su lengua recorrían mi cuerpo.
Fue bajando hasta mi cintura besando cada centímetro hasta que me dejo completamente desnuda. Tenia una rodilla ligeramente levantada que Dougie fue besando mientras me sacaba las sandalias.
Me sentía como un helado derritiendose y creí que el no podía excitar ninguna otra terminación nerviosa,hasta que sentí su aliento cálido entre mis muslos. Grite su nombre y despegue los brazos buscando algo de donde agarrarme.
Me sentía totalmente desvergonzada y egoísta, ansiando y necesitandolo cada vez mas. Las manos de el recorrieron mi espalda y me dio un beso lento y suave mientras me presionaba contra el pecho de el.
Entonces alargue los brazos y recorrí con mis manos la cintura de los boxers de el, cuando coloque mis manos sobre el cierre de su pantalón el me detuvo un instante.


- Vicky - susurro - no lo hagas al menos que estes segura.
- Estoy segura - conteste y le desabroche el jean.


El se saco las zapatillas y tambien los jeans, le saque los boxers mientras me abalanze sobre el en un profundo beso, acariciandolo hasta que el gemia mientras lo devoraba. Jadeando pesadamente paso su mano por mi espalda, me rodeo con los brazos y se movió a mi ritmo.
Sus manos no dejaron de acariciarme en ningún momento, cuando sus embestidas se volvieron mas rápidas y profundas grite el nombre de el una y otra vez.
Durante esos instantes ame a Dougie, en ese momento eramos dos amantes capaces de provocarnos una extraordinaria pasión en el otro, una pasión que sobrepasaba la razón y la lógica. Cuando abrí los ojos el sonreía, yo sonreí.

martes, 1 de junio de 2010

Capitulo 12

El se puso de pie y avanzo hacia mi con una sonrisa repugnante.

- Yo se que queres, no mientas.

Abrí los ojos asombrada al ver que Dougie tenia a Henry inmovilizado con algún tipo de llave de autodefensa.

- ¡Soltame idiota!

- Vicky, entra a mi auto, Te llevo a tu casa.
- Pero yo...
- Pero nada, entra ya.


Me dirigí al auto mientras me gire a ver a Dougie que había soltado a Henry lanzandolo contra el piso.

- Dougie yo...
- Subí al auto - dijo un tanto enojado.
- Solo queria decirte gracias - termine de decirle frunciendo el ceño.
- Siempre voy a estar para vos - dijo sonriendo.

Temiendo querer besarlo ahi mismo, subi al auto.
La tension se podia notar en el interior del auto,recorrimos mas de un kilometro y ninguno de los dos habia hablado. Decidí cortas el hielo.

- Me alegro de que hayas aparecido en el momento justo.
- Yo tambien.


Parecia enojado, o como si no le importara lo que le dijiera.

- No vas a creer, logre la mejor torta de chocolate que hayas probado nunca.
- ¿La cocinaste en tu casa?

- Si - conteste mirando por la ventanilla - Mañana la llevo a la oficina.
- Pero ya que te estoy llevando a tu casa...

Entramos a la casa por la puerta trasera, la casa parecía extrañamente silenciosa, excepto por el latido del corazón de el.
Ni torta ni nada, lo quería a el. Mientras caminaba sentí como sus brazos rodeaban mi cintura y el inspiro profundamente por detras de mi oreja. Me hizo girar en sus brazos y me beso, moviendo los labios sobre mi boca lenta y sensualmente. Uso su lengua y exploro con una intensidad que prometía mas. Un suspiro de satisfacción surgió de mi cuando el recorrió mi cuello con su lengua. Mi cuerpo encajaba perfectamente con el suyo. El levanto la mirada, sus ojos celestes brillaban entra las sombras.

- Te deseo, Te deseo desde el dia que te vi.

domingo, 30 de mayo de 2010

Capitulo 11

- Gracias

Henry silbo por lo bajo cuando empezo a mirarme como si quisiera desabrochar cada uno de los botones que cerraban el vestido.

- ¿Que quieres hacer hoy? - dijo Henry mientras no sacaba sus ojos de mi vestido.

- Hoy me apetece ir a cenar..

- Entonces pongámonos en marcha.


Logre abrocharme dos botones mas, dejando solo el botón superior sin abrochar. Observe el camión gigante preguntandome como iba a subirme teniendo ese vestido. De repente Henry me agarro en brazos y me sentó en el asiento y luego cerro la puerta. Observe como el rodeaba el vehículo, mientras se sentaba en su asiento me dirigio una sonrisa. Tenia que admitir que era lindo, tenia pelo oscuro y unos ojos azules bastante llamativos, pero era muy mujeriego.

- Estaba pensando en ir a la parrilla - comento el

- Dale, me parece genial - conteste intentando parecer ilusionada.


Henry parecía contento y enfilo hacia el restaurante. El camino fu agradable. No tuve que preocuparme por mantener una conversación, ya que el estaba convencido de que tenia un don para cantar.
El lugar estaba muy lleno para ser un día de semana. La música sonaba por los altavoces y Henry fue tarareando la música mientras nos dirigíamos a la mesa.
Henry se sentó y cruzo la mesa sobre los brazos, echando un vistazo al restaurante.

- ¿Ya sabes lo que queres?

- Si, un bife y papas fritas.



Lo mire, arrepintienme de haber ido hasta ese restaurante ahí. Solo dios sabia a quien podíamos encontrarnos ahí, a los amigos de mi abuela, a mi jefe, a su esposa y a su hijo...
El estomago me dio un vuelvo cuando vi a Dougie acercándose hacia nosotros. Mire alrededor, desesperada por encontrar un lugar donde esconderme, hasta que me di cuenta que no tenia otra opción que saludarlo.

- Buenas noches, señor Poynter - salude fríamente.

Estaba con un jean y una camisa color crema de manga corta y parecia mas feliz que nunca.

- ¿Conoces a este tipo? - pregunto Henry observando a Dougie.

- Ella y yo trabajamos juntos...o algo asi - explico Dougie , tendiendole la mano - Soy Dougie Poynter.

- Henry walden.

- Ah si Henry - comento Dougie - Vicky me hablo mucho de vos.

- ¿En serio? - Dougie asintio con entusiasmo.


Agarre el cuchillo de la carne con fuerza y calcule la distancia entre mi mano el pecho de Dougie. El me miro y rio.

- ¿Y que te dijo vicky exactamente?

- Dougie - interrumpi poco amablemente - Si no te importa, a Henry y a mi nos gustaria estar solos.

- Bueno, nos vemos pronto Vicky - se despidio y se retiro a una mesa justo detras del hombro derecho de Henry, sin quitarme los ojos de encima en ningun momento.

- Parece un buen chico - comento Henry.

- Las apariencias engañan - respondi furiosa.

Henry sonrio.

- ¿Asi que estabas hablando de mi?

No supe que contestar, asi que sonrei y tome un sorbo de agua.

Estuvimos charlando hasta que nuestros pedidos llegaron. El comio como un leon y hablo con la boca llena. No veia la hora de llegar a casa, sola. Por fin el termino de comer y nos fuimos. Casualmente Dougie salia del restaurante al mismo tiempo.

- ¿Disfrutaste la cena? - pregunte en tono amigable.

Henry eructo y asintio. Segui caminando hacia el camion, temiendo del momento de subirme. Pero Henry intentando mejorar sus oportunidades, me agarro por la cintura y me elevo muy lentamente hacia mi asinto. Demaciado tarde me di cuenta de que mis rodillas estaban casi a la altura de los ojos de el, y que el tenia una vista panoramica de lo que habia abajo de mi vestido.

- Que lindo - dijo el, abandonando toda sutileza.
El se abalanzo sobre mi, deslizo las manos entre mis rodillas dirigiendose a su meta.

- ¡No me toques! - grite

- Vamos Vicky - susurro - Este asiento esta pensado para mostrarme lo que tenes.
Sus sucias manos volvieron a acercarse a mi y yo levante un pie y le pege ua patada en el pecho, empujandolo hacia atras.


- Llevame a casa, Henry - exigi con los dientes apretados- AHORA.

sábado, 29 de mayo de 2010

Capitulo 10

Eran las 6 de la tarde y casi no había echo nada, Dougie había desaparecido hace 2 horas, pero para mi sorpresa cuando abrí la puerta el estaba ahí.


- No creo que vaya a durar mucho tiempo así.. – confeso Dougie empujándome para adentro y entrando y cerrando la puerta con su otra mano.

- ¿Así como? – dije confusa.

- Así, deseándote y sabiendo que no te puedo tener, simplemente no puedo tenerte cerca y no hacer nada.


Se echo hacia adelante y rodeo con su mano mi nuca delgada y caliente, mientras me atraía suavemente hacia el. El deseo nos poseía. Su aliento era dulce y cálido y inspire ese aire antes de cubrir su boca con la mía. Exploro mi boca con su lengua y el deseo crecía cada vez mas, Sus manos bajaron a mi cintura y yo tome su pelo con las dos manos, apoyándome sobre el. Entonces sonó el teléfono, gire la cabeza rompiendo el beso.

- ¿Diga…?

Vi como el se puso de pie atrás mío, pero yo me di la vuelta y seguí hablando por teléfono. El poso sus dedos sobre la parte sensible de mi cuello y comenzó a besarlo, pero en vez de hacer algo al respecto, solo lo aparte.

- Hola, Henry. Todo bien.

- ¿Quién mierda es Henry? – susurro Dougie un tanto enojado.

- Si, hace calor – admití - ¿Cómo? ¿Qué estoy sin aliento? Bueno, es que estuve haciendo ejercicio – Clave la vista en Doug y el apretó la mandíbula y se inclino sobre mi, pero lo detuve.

- Hoy a las 9, nos vemos, Adios.

- ¿Quién es Henry? – dije Dougie acercándose a mi cara.

- Solo es alguien con quien tengo una cita mañana – le confirme.

- Creo que debería irme - dijo mientras cerraba la puerta de la oficina de un portazo.



Mas corto que la caca, pasa que en los proximos viene la accion(? MUAJAJA(?)

Capitulo 9

- Vicky…

- Dougie, no puedo hacerlo – Conteste con la respiración acelerada.

El frunció el ceño por un segundo y luego se paso la mano por el pelo y respiro pesadamente.

- De acuerdo.. ¿Puedo preguntar porque?

- ¿Qué por que? No te hagas el estúpido Poynter.

- No lo se, por eso te pregunto.

- Estas CA-SA-DO.

Sus ojos se apagaron por un momento y luego clavo su mirada en su mano.

- Mira, estoy segura de que hay muchas mujeres a las que no les importa si estas con otra mujer, pero a mi si me importa, no soy segunda de nadie.

- Ojala te hubiera conocido antes… - Comento frustrado.

- Mejor anda a llamar a tu mujer que cree que le estas siendo fiel.


Me quede mirando la puerta durante un rato antes de volver al auto. Nunca había sentido algo así por una mujer, nunca había tenido ese furioso deseo de tenerla para mí todos los días de mi vida. Tarde, demasiado tarde me había acordado de que tenía la alianza. Olas de dolor subieron por mi mano hasta mi muñeca. Nunca en toda mi vida me había sentido tan estúpido. Me había prometido a mi mismo que ninguna mujer se interpondría en mi decisión sobre el casamiento con Frankie y en lugar de eso había besado a la primer belleza que se me había cruzado en el camino, además con la que tenia que ver todos los días. Mañana le pediría disculpas pero hoy, llamaría a la mujer que cree que le estoy siendo fiel.



Mire hacia la entrada y mi corazón dio un vuelco cuando vi entrar a Dougie lentamente hacia mi oficina. Tenía unos pantalones azules y una remera bastante ajustada negra. Maldito provocador.


- Buenas tardes señor Poynter.

- Vicky, tenemos que hablar de lo que paso anoche.

- No hay nada que hablar.

- Solo escuchame – rogo el.

- No tengo ningunas ganas de escuchar que tu esposa no te atiende el teléfono…

- No estoy casado.

- ¿No…. No estas casado?

Un destello de diversión ilumino los ojos de el, pero no sonrio.

- Pero si salgo con alguien, ella me lo propuso un dia antes de venir aca y le dije que le diría mi respuesta cuando llegara.

- Independientemente de lo cuanto que me atraigas, no estabas libre para que te besara ayer.

- ¿Me perdonas? – dijo el.

- De todas formas, lo que paso anoche no fue un pecado.

- Entonces regresemos a concentrarnos en el trabajo, acuérdate que yo soy tu ayudante jajaja.

- Tengo que preparar mas postres de chocolate mañana - anuncie -

Capitulo 8

- ¿Te sentís mejor? – pregunto el, dando un trago a su coca-cola.

- Si – mentí – comer me hiso mejor.

Di otro mordisco a la hamburguesa, concentrándome en masticar lentamente y respirar hondo tratando de dejar mis hormonas de lado.

- Parece que te duele algo...

- Bueno, supongo que estoy cansada... ¿Podrías llevarme a mi casa?

- No hay problema.

Encendió el motor mientras yo le indicaba el camino hacia mi casa. Estuvimos callados todo el camino, supongo que el interpreto que me sentí mal. Cuando llegamos a la puerta lo primero que hice fue fijarme si estaba mi vecino en la puerta, siempre estaba ahí, pero hoy estaba vacia la calle.

- Gracias por traer…

La puerta de Dougie se abrió, lo vi rodear el coche y el abrió la puerta con una sonrisa.

- Te acompaño hasta la puerta – se ofreció el.

En silencio, con el corazón latiéndome aceleradamente, Salí del auto. Mientras buscaba las llaves en mi bolso. Dándole la espalda, abrí la puerta y la empuje hacia adentro y gire hacia el con una amplia sonrisa. El estaba en el penúltimo escalón, unos quince centímetros por debajo mío, lo cual hacia que sus ojos estuvieran casi a mi altura. Estaba lo suficientemente cerca de el como para vernos, tocarnos… y besarnos. Me mordí el labio inferior para evitar que se me escapara un gemido ardiente de deseo y alargué la mano para dársela a el.

- Gracias, Dougie.

El se quedo en silencio y mi mente imagino varias versiones de cómo podía terminar esa noche. Me gire para entrar a mi casa.

- Vicky..

¿Era una pregunta, o una afirmación? No estaba segura, pero no pensaba decir “si”, asi que gire y lo mire.

- Me gustaría Besarte – anuncio el.

Sentí la lengua pegada al paladar.

- ¿Me escuchaste? – Susurro el, acercándose a mi ligeramente, podía sentir su respiración sobre mi cuello.

Su boca se poso sobre la mía, pude sentir su aliento cálido y dulce sobre mi lengua mientras sus brazos me rodeaban. Me perdí en aquel beso que transportaba una ola de adrenalina y deseo. Un imperioso deseo se apodero sobre vi y sentí que mi piel quemaba, me abalance sobre el, pero abrí los ojos repentinamente y me eche hacia atrás, apoyando una mano contra su pecho. Jadeante, el me miro. Aun me tenía abrazada por la cintura.

Capitulo 7

Aquella misma mañana había estado con ella, luego me preocupe desde que no la había visto, estaba inquieto y distraído. Simplemente me había preocupado por el bienestar de ella, pero tenía que admitir que me había preocupado más lo hermosa que estaba con esos jeans ajustados. Olí peligro y no importaba las veces que me repitiera a mi mismo que no necesitaba complicar mi vida con un breve romance, pero no podía evitar poner mis ojos sobre toda superficie plana de aquella oficina e imaginar…sexo con ella. Estaba agobiado de la carga de esa alianza, intente sacármela, pero apenas pudo moverse, estaba atascada. ¿Cómo demonios podía alguien acostumbrarse a llevar un estorbo así? Acostumbrarse a llevar un anillo de compromiso no era nada comparado con tener que acostumbrarse a una mujer cerca permanentemente, día tras día, noche tras noche, año tras año. Vicky había resultado ser la persona mas entretenida y hermosa que había conocido en mucho tiempo. Unos golpes a la puerta interrumpieron mis pensamientos.

- PASEEEEEEEEEE – grite.

Una chica de casi mi misma edad abrió la puerta con media sonrisa en su cara.

- Hola, soy Paula, Vicky se tuvo que ir a su casa porque le dolía mucho el pie, dijo que lo sentía por hacerte esperar aquí.

- ¿Hace cuanto se fue? – pregunte mientras me levantaba y ponía mi campera negra.

- Hace unos 5 minutos… ¿Por?

- Tengo que decirle algo…

- Por ahí la alcances en el estacionamiento.

Pase corriendo por delante de ella y camine rápidamente pasando por el hall hasta llegar a la puerta. Cuando llegue puede divisarla a lo lejos cerca de su auto.

- VIICKKKKKKKKKYYYYYYYYYYYYYYY- grite lo más fuerte que pude para que me pueda escuchar.

Ella se volteo y me miro sorprendida, me saludo a lo lejos.




¿Qué hacia este loco acá? ¿Por qué simplemente no se fue a llamar a su esposa? Que ganas de molestar.


- Hola! – dijo el agitado después de correr.

- ¿Paso algo? – pregunte preocupada.

- No, nada… solo quería preguntarte si querías salir a comer algo por acá – pregunto mientras pasaba su mano por su pelo revolviéndolo.

- Eh…si , si, yo tenia pensado pasar por McDonald’s ahora..

- Perfecto… vamos en mi auto, no creo que puedas manejar con el pie asi.

Caminamos hacia su auto mientras yo me agarraba de su brazo para poder caminar. El me miro y sonrió mientras me abrío la puerta.

- ¿Creciste aquí? – pregunto mientras prendía el motor.

- Naci aquí pero viví un tiempo en Westin, pasaba muchos veranos con mi abuela acá, así que decidimos mudarnos a Corringham.

- ¿Tus padres aun están acá?

- No tengo padre, pero mi madre vive en Londres con su hermano

- ¿Y tu abuela?

- Ella aun vive acá, ella es la razón por la que me quede acá – confesé.

- Por fin – dijo el, asistiendo – la respuesta al enigma.

- ¿Qué enigma?

Me miro y hiso una mueca con la boca.

- ¿Qué hace una chica tan linda como vos en un lugar como este? Es un pueblo muy chico y desolado.

No era el piropo mas lindo que me habían dicho, pero sus palabras me afectaron igualmente.

- Corringham no esta tan mal – a menos que estés buscando un novio.

- Ya lo se, lo estuve explorando.

- ¿Y encontraste algo que te guste? – le pregunte mientras le indicaba que dirección tomar para llegar a McDonald’s. El giro y me miro a los ojos.

- Dejémoslo en que quede bastante sorprendido con mis descubrimientos.

Volví a fijar la vista por la ventana intentando reordenar mis pensamientos. La atracción que me llegaba de Dougie era casi tangible. La temperatura de mi piel aumentaba cada vez que el inhalaba. Sentía los latidos del corazón de los dos.

Capitulo 6

Llegue a la oficina y lo primero que hice fue buscar ropa seca, como trabajaba elaborando postres y diseñándolos siempre tenia ropa demás para cambiarme. Encontré una remera violeta y un pantalón de jean básico pero un poco ajustado debo admitir. Jake, mi ayudante, mi amigo el lindo pero gay estaba de vacaciones y mi jefe había mandado a su hijo, Dougie para que lo suplante, eso iba a ser difícil.
Cuando fui al baño me quede clavada ante el espejo horrorizada. Tenia el pelo de punta a punta en varios lados y en otros lados aplastado contra la cabeza, la ropa estaba completamente arrugada, manchada y empapada. La mascara de pestañas la tenia por las mejillas y mi tobillo parecía enorme. Me alegre de que Dougie estuviera casado, nunca me perdonaría haber conocido a ese hombre en ese estado. Me cambie de ropa y recompuse mi peinado y maquillaje y tome el calmante que me dio Aldu rogando que se vaya el dolor que sentía en mi tobillo.
Tendría que hacer todo a su lado, pasar más de 5 horas a su lado… Tocaron la puerta. Camine despacio hacia la puerta ya que mi pie me impedía moverme mas rápido.

- Hola Vicky – Era dougie, tenia todo el pelo revuelto, despeinado, como si recién se hubiera terminado de bañar, se había cambiado la remera y tenia puesta una musculosa blanca, y se le podía ver un tatuaje.

- Hola…estas... distinto – dije mientras podía sentir como mi voz temblaba.

- Vaya, vaya, acá hay muchas cosas tentadoras – se dirigió hacia la mesa donde estaban los chocolates, era como un niño pequeño.

Intente reprimir cualquier pensamiento erótico sobre “acá hay muchas cosas tentadoras”, me puse rígida y me gire hacia el. Mi pulso acelero cuando lo vi apoyado contra la pared comiendo uno de los chocolates. Lo único que hice fue dibujar una sonrisa temblorosa en mi rostro.

- ¿Qué es lo que se supone que tengo que hacer yo? – pregunto mientras pasaba la lengua por sus labios, limpiando el chocolate.

- Bueno, como sabrás mi trabajo es diseñar nuevos postres, lo que tendrías que hacer, tal como todo ayudante hace, es ayudarme en mi trabajo, tendrías que probar los ingredientes, elegirlos conmigo y probar los postres.

- Eso quiere decir que tengo que comer y comer postres – respondió con una sonrisa de oreja a oreja, era adorable.

- En parte si, pero no pienses que es todo comer y probar postres, no es tan asi.

- Voy a buscar al armario algo- dije mientras sentía como las punzadas de dolor atravesaban mi tobillo sintiendo deseo por un hombre inalcanzable.

- Espero que te guste la receta que tengo en mente para un nuevo postre, Señor Poynter.

- Deja de llamarme así, solo decime Dougie. Yo voy a hacer todo lo que digas que haga, soy tu ayudante – me miro fijo y levanto una ceja riendo, siempre pensaba todo en doble sentido... o el lo hacia apropósito.

- Sos mi ayudante, no un esclavo, tranquilo – dije mientras tocaba su hombro - ¿y ese tatuaje?

- Tengo un arito en cada oreja, tuve un piercing en el labio, uno en la lengua pero me lo saque porque me daba dolor y este tatuaje – Señalando el que cubría parte de su pecho y del brazo izquierdo- y dos tatuajes de estrellas marinas en cada tobillo.

- Wow... no tenes mas tatuajes no?

- En realidad si, pero tendría que estar desnudo para que lo vieras.. yo no tengo problema en mostrártelo..

- JAJAJAJAJAJAJA no digas estupideces por favor, como si quisiera verte desnudo JA. – si quería.

- Es broma, no tengo otro tatuaje, quédate tranquila.

- Voy a empezar a creerte menos, decís muchas bromas.

Se quedo pensatimo por unos segundos hasta que finalmente me dijo algo.

- Algunas cosas merecen la pena las consecuencias y no importa lo malas que sean – dijo mientras tomaba mi mano y me miraba con atención.

Lo mire a los ojos y trague saliva, ¿Se estaba refiriendo a esa atracción que había entre ellos o era otra de sus bromas? El brillo de ese anillo me devolvió mi sentido común. Incluso el estando casado, emanaba mucha energía sexual para sentirse cómoda a su lado, pero además bajo ninguna consecuencia estaría con un hombre casado. Ni siquiera sabia si el me estaba intentando seducir. Trate de cambiar de tema lo antes posible. Camine hacia el escritorio en busca del papel con la receta para el nuevo postre.

- Tengo que llevarle la receta a tu papa..

- Yo la llevo, no hay problema – Se ofreció el alargando su brazo hacia el papel.

Sus dedos rozaron los míos, empujando suavemente mi mano a un lado, Por alguna razón, ese toque resulto mas intimo que las dos veces que me había llevado en brazos.

Capitulo 5

Parpadee atónita. ¿Aquel hombre que casi me mata era el hijo de mi jefe? Ni siquiera sabía que tenía un hijo… y que hijo. Pero NO, estaba casado y yo no era segunda de nadie.

- Me presento… Soy Dougie Poynter - Dijo sonriente mientras le brillaban los ojos.

- Ya me había dado cuenta – Respondí mientras miraba para otro lado.

- ¿Tan mal te caigo? Ni siquiera te dignas a decirme gracias por salvarte la vida y tampoco me queres mirar a la cara.

- ¿Gracias por salvarme la vida? Disculpa pero el que casi me mata sos vos, no te hagas la victima y si no te miro a la cara es porque no tenga ganas de ver tu estúpida sonrisa, como si sonriendo arreglaras las cosas- dije al fin con una sonrisa tensa.

- No me hago la victima y PERDON por casi haberte matado, discúlpame, en serio – Dijo con una leve sonrisa y mirando para abajo - ¿Podemos empezar de nuevo, como si no nos conociéramos?

- Esta bien, una disculpa no se le niega a nadie.

- Y menos a Dougie poynter. - Dijo orgulloso.

- Otro comentario estúpido- dije mientras sonreía, el rio y su risa era contagiosa y muy tierna, parecía un nene chiquito cuando reía.

- Logre sacarte una sonrisa, o varias carcajadas, es un bueno comienzo - Dijo mirándome a los ojos, sus ojos eran como cuchillos que se clavaban fuertemente en mi alma haciendo que todo mi cuerpo se debilitara, haciendo detener mi corazón.

- Claro… yo tendría que ir a la enfermería para que miren mi tobillo – mientras agarraba mi tobillo con una mueca de dolor – y también el chichón en la cabeza.

- Jajaaja Sos un accidente andante – me tomo del brazo y me ayudo a levantarme.
La gente lo miraba a el con ojos acusadores mientras avanzábamos por el vestíbulo, como si el me hubiera atropellado o algo por el estilo…

- A lo mejor estarías más cómodo en la sala de espera Doug – sugerí tratando de deshacerme de el.

- Puede que sea una amenaza – comento con una ligera sonrisa - pero soy una amenaza que se preocupa por vos – dijo mientras entraba a la sala.

Aldu, era la enfermera que antendia en la sala, era mi mejor consejera, mi mejor amiga, ella era la única que me entendía y me entendía tanto que ella era como una extensión de mi cuerpo.

- ¿Qué es lo que paso? :I – dijo aldu mientras nos mira de pies a cabeza.

Dougie abrió la boca para asumir toda la culpa, pero yo hable antes que el y dije.

- El señor Poynter, me vio caerme en el estacionamiento y me ayudo – y vi como el enarco una ceja sorprendido.

- Parace que las mañanas se volvieron muy emocionantes desde que llego el hijo del jefe – añadió Aldu guiñándome un ojo. Dougie seguía parado ahí y comenzó a reir y lo único que hice yo fue poner roja como un tomate.

- Sera mejor que me vaya, tengo que ir a buscar a mi madre, nos vemos luego Vicky – dijo antes de irse mientras me dedicaba una sonrisa pura y exclusivamente a mi.

Me senté en la camilla mientras Aldu levantaba mi pierna para examinar mi tobillo. Dougie debería pensar que era una completa imbécil, “un accidente andante” como me decía el, no podía estar mas desastrosa y haci me conoció, en mi peor momento.

- ¿ Es tu novio? – pregunto Aldu arqueando una ceja.

- No, recién lo conozco- admití.

- Buenooo, ¿están en algo, tienen onda, se llevan bien? Es un chico muy lindo y parece simpático, nunca hubo chicos así por acá…

- Lo se, pero va el va a ser como mi jefe durante unos días, lo mandaron a que me vigile y me ayude hasta que este mejor – dije mientras señalaba mi pie.

- Pero ¿Eso te impide algo? Podrías pedir horas extra para pasarlas con el jajaja.

- No seas tonta Aldu. ¿No viste su anillo?

- Y bueno acá uno agarra lo que puede – dijo mientras agarraba mi tobillo para verlo mas de cerca – No parece que tengas nada roto, pero si tenes un esguince. Te voy a dar un antiinflamatorio. Si Descansas bien vas a poder volver a trabajar dentro de unos días.

- Tengo que venir igual, comienzo un nuevo proyecto.

- Admitilo, que Dougie sea tu “supervisor” por unos días es la única razón por la que queres trabajar, te conozco y me di cuenta de cómo lo mirabas.

- Falso – replique con calma- Ni siquiera me interesa el porque es un hombre casado, eso significa OCUPADO.

Capitulo 4

Nubes negras cubrían el cielo, sin duda iba a llover, lo cual no era raro en Inglaterra. Apenas había empezado el dia y estaba exhausta. La lluvia había comenzó a caer justo cuando divise el familiar suelo de cemento azul y gris del estacionamiento. Estaba contenta porque empezaba un nuevo proyecto, pensaba mientras buscaba un lugar donde estacionar el auto. Alguien llegaría esa tarde para hacer sugerencias sobre el tipo de postres que estaban buscando. Trabajar con alguien observando su trabajo no me causaba muchas gracia, no me gustaba que me vigilen, yo quería hacer todo a mi manera. A través del parabrisas mojado, divise un lugar y me dirigí hacia ella, empecé a girar antes de llegar al hueco para ponerme en el Angulo apropiado. Por el espejo retrovisor vio un auto deportivo negro meterse a toda velocidad en el hueco. Pise el freno a fondo, me golpee la frente contra el volante y me mordí la lengua. Genial. Me lleve las manos a la frente con lagrimas de dolor en los ojos. Me di cuenta de que alguien me estaba llamando por la ventana, gire la cabeza y vi a un chico con un paraguas. Este limpio la lluvia del cristal y grito:

- ¡¿Estas bien?!


Me dolía tanto la cabeza que solo pude asentir. El pidió que bajara la ventanilla y la abrí. Me quede tildada por unos segundos mirándolo. Su pelo era rubio y estaba mojado por la lluvia, tenía una camisa negra. Sus ojos eran como cristales, como el agua, hipnotizaban.

- ¿Estas bien? Respondeme por favor - Dijo preocupado.

- Sos una amenaza.

- ¿Yo? – pregunto el sorprendido, echándose hacia atrás - ¿ y vos? ¿ No sabes que tenes que llevar las luces encendidas cuando esta lloviendo?

- No esperaba a nadie manejando como un loco ¡por el estacionamiento! – dije elevando la voz hasta pegar un grito.

El dolor que sentía me hiso caer varias lagrimas y respire varias veces. El frunció el ceño.

- ¿Pero estas bien o no?

- Voy a sobrevivir – murmure, empecé a notar que un chichón se formaba en mi cabeza.

- Espera, dame un minuto para que mueva mi auto así podes estacionar vos – ofreció.

Se encamino hacia su auto protegido por el paraguas. Sus movimientos eran rápidos, tenía puesto un jean bastante holgado. Comencé a mover mi auto para estacionarlo, apagué el motor y saque una bolsa de plástico para protegerme de la lluvia. Abrí la puerta pero no llegue muy lejos, mis tacos hicieron que me resbale y quede sumergida en un charco.

- Sos un accidente andante – Dijo una voz masculina por encima mío.

Levante la mirada y lo vi a el, a la amenaza, al idiota que casi me mata, al idiota mas lindo que había visto. Se arrodillo junto a mí y me protegió de la lluvia con su paraguas. Me preguntaba cuando profundidad tendría el charco, ahogarse seria menos doloroso que morir de humillación.

- ¿Estas bien? – Pregunto el, agarrándome del brazo y ayudándome a levantarme. Pero perdí el equilibrio y me apoye pesadamente contra su brazo.

- Deja de preguntar si estoy bien, es obvio que no lo estoy.

- ¿Podes caminar? – Inquirió el, rozándome con su respiración mientras nos resguardábamos bajo el paraguas – Si no podes, te puedo llevar en brazos.

Mi corazón se puso a latir a mil ante ese ofrecimiento de “Te puedo llevar en brazos” y el tiempo se detuvo unos instantes. Nuestras miradas se encontraron, juro que sentí que me derretía…

- No… no hace falta – farfulle – Puedo Caminar.

Ya bastante que iba a entrar a la oficina mojada y golpeada como para que entrara en los brazos de un desconocido.

- Caminar te va a ser un poco difícil – comento el aguantándose la risa mientras me daba uno de mis zapatos con el taco roto.

- Me arrastro, no me importa. – Rectifique.

- Vamos – se ofreció el haciendo puchero – Te debo una.

- Vas vale que si, ¿como no me vas deber una? Casi me matas enfermo. – dije mientras el tomaba mi brazo y lo ponía alrededor de su cuello, tomo mi cintura y soporto la mayoría del peso.

Por un lado quería que ese encuentro se terminara y por otro quería seguir un rato mas apoyada en el brazo de ese hombre. Apenas lo vi lo odie, pero a través de sus ojos puede ver que era una persona pura de alma, alguien que valía la pena de verdad, había encontrado un espécimen valioso. Todos esos pensamientos se detuvieron cuando mire su mano y vi el brillo, como si se estuviera burlando de mi, el brillo de un anillo de oro, de compromiso. Alguien se había adelantado. Me sentí de pronto empapada, helada y miserable. Ni siquiera intentaría nada con un hombre casado, aunque el era muy joven para estar casado.

Apoye el pie y el doler de mi tobillo supero cualquiera de los dolores que había experimentado en mi vida. Grite del doler y me caí hacia un lado, pero el me atrapo.

- Mi tobillloooooo, aaayy – me queje, levantando el tobillo derecho.

- Quédate quietaaa – Dijo el, agachándose para tomarme en sus brazos.

- NOOOOOOO. NI SE TE OCURRA NOO.

Tarde, el me estaba llevando en sus brazos, ya estábamos llegando al interior del edificio.

- Puedo caminar, gracias - Dije intentando separarme de el lo antes posible.

Mirarlo fue un error, casi me caigo al suelo cuando lo mire a los ojos y sin querer me quede embobada mirándolo… pero el también me miro fijamente.

- Que hermosos…ojos – Balbuceo.

Desvie la mirada y afortunadamente ya habíamos llegado a las puertas del edificio. Estaba lleno de gente, había como 10 personas hablando en el vestíbulo, esperando el ascensor. El busco con la mirada un lugar para ponerme y se encamino hacia los sillones.

- BA-JA-ME YAAAAAA YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA - Grite como una desquiciada.

Unas cuantas cabezas se giraron al escuchar mi voz.

- No grites LOCAAAAAAAAAA – me dijo gritando mas que yo.

- BAJAME NO ENTEDES ESTUPIDO BAJAMEEEE.

Eso hiso el, me solto sobre un sillón y rebote 2 veces agitando los brazos y con mis ojos llenos de ira.

- Ya esta, ¿Feliz? – me miro fijamente tratando de mirarme de mala forma, pero sus ojos no podían mirarme de esa forma, simplemente era perfecto hasta enojado.

- Gracias – dije apretando los dientes mientras intentaba sentarme.

Cuando logre sentarme me incline hacia adelante para masajear mi tobillo, estaba hinchado. Un hombre se acerco hacia nosotros desde la multitud de gente mirándonos. Era mi jefe.

- ¿vicky sos vos? Dios santo, ¿Qué te paso? – dijo mi jefe en tono desesperado.

- Buenos días, me dijieron que soy un accidente andante – comente mirando al chico rubio.

- Dougiee! – Exclamo felizmente

- Papa! No esperaba encontrarte a esta hora en la oficina – respondió Dougie.

El imbécil hermoso estúpido y perfecto que casi me mata era el hijo de mi jefe, el mismo que me llevo en brazos hasta acá, era el hijo de mi jefe, seguro era broma no podía ser cierto.

- Pa, tuve un pequeño percance con el auto y ella…

- VICKY, ME LLAMO VICTORIA.

- Como te había dicho VICTORIA antes, es un accidente andante y puede que sea un poco torpe y la lluvia no la ayudo mucho pero estaba yo para ayudarla – Le conto sonriendo y mirándome casi riéndose.

- Soy torpe ¿y? Por lo menos no manejo como un LOCOOOO, casi me matas enfermo!- Dije gritándole, ya había olvidado que era el hijo de mi jefe, tranquila Vicky tranquila.

- Doug, haceme un favor, prométeme que toda esta semana vas a ayudarla a Vicky, ya que creo que se doblo pie y no va a poder hacer todo lo que hace siempre, supervisa su trabajo, te esperamos hoy en casa para la cena, Adiós.- Nos saludo a los dos antes de irse.

Los dos nos quedamos atónitos y nos miramos, el rio y yo lo mire con mala cara.

- Creo que deberías ir a ver ese tobillo, mira si te lo tienen que cortar, seria una pena que una chica tan linda como vos este sin tobillo – Lo dijo casi riendo y al ver la expresión de mi cara largo una carcajada.

- El comentario mas estúpido que escuche en mi vida….así que sos el hijo de mi jefe.. Poynter.

Capitulo 3

- ¡Hola Abuela! – la salude con un beso en la mejilla – Perdon por llegar tarde, Estefani esta obsesionada con la preparación de su casamiento.

La abuela estaba vestida con unos pantalones grises de modal. Ella irradiaba juventud. Tenía mas de 65 años pero aparentaba 10 años menos.


- No te preocupes, Vicky. Todavía hay mucho que hacer – contesto mirando alrededor y frunciendo la frente - ¿Cómo llega uno a acumular tantas cosas?

Más de 12 cajas se apilaban sobre muebles desmontados. El papel de las paredes se veía amarillento al lado de todas las formas que habían estado bajo los cuadros. Sin cortinas, sin cuadros, sin muebles, desnuda, como suspirando por su dueña.

- Voy a echar de menos esta vieja casa. Odio dejar la casa vacía. – Dijo la abuela un poco triste – Me encantaría que te quedaras con la casa Vicky…

- Abuela, no puedo permitirme ese lujo, no tengo el dinero para comprarla.

- la vida se me esta acabando y quiero que vos la cuides, quiero que vos la compres – Dijo sonriente.

Siempre ame esa casa, desde chica la ama y soñaba con vivir ahí, tenia que remodelarla y arreglarla. Mi Abuela se iría a vivir a Londres a pasar sus últimos años, aunque en mi opinión no eran sus últimos años.



Eran las 8 de la mañana, empezaba a trabajar otra vez, como todos los años, Amaba mi trabajo.

- Buenos días, Vicky. ¿Cómo te va? – Pregunto a gritos John desde la otra vereda.

Trate de deslizarme dentro del coche sin que el viera mi ropa, lo salude con un gesto, sin disminuir la velocidad.

- Hola, John.
- ¡Ehhh Epaa, pero bueno! Estas muy bien…


Su mirada recorrió mi cuerpo deteniéndose en la blusa blanca y se detuvo de nuevo en las piernas que sobresalían bajo una falda negra. Tenia ganas de sacarme un zapato y estampárselo en la cabeza.

- Tengo que ir a trabajar, llego tarde John, chau.

El se paso la mano por su pelo sin peinar y sonrió. No era feo... Solo que era MUY BABOSO y muy básico. Deje escapar un suspiro de alivio cuando me aleje, me torturaba todas las mañanas, ¿No se daba cuenta de que lo rechazaba? Hombres.

Capitulo 2

Dougie Poynter parpadeo ante la gruesa banda de oro con dos filas de diamantes y luego miro a Frankie al otro lado de la mesa.

- ¿Qué…que me case con vos?

- Eso es
– Contesto ella, encogiéndose de hombros, con una sonrisa seca en sus labios- Ya es hora, ¿Cuánto llevamos juntos? ¿Acaso no me amas?

Dougie frunció los labios y contemplo aquel rostro, a esa mujer que creía amar. Pero ¿le gustaría despertarse junto a ese rostro el resto de su vida?

- Me parece demasiado pronto... somos jóvenes..

- ¿Cuándo vas a madurar Poynter? ¿Cuándo te vas a dar cuenta de que ya no sos un adolescente? – le contesto ella enojada y casi gritando.

- Eso es algo ilógico.. te amo pero es un poco apresurado.

- ¿Por qué no casarnos? Pasamos la mayoría de las noches juntos. Casarse es el siguiente paso lógico – Añadió, inclinándose hacia adelante y acariciando su mano- Vamos Doug, ninguno de los dos vamos a volver a ser Jóvenes.


El malestar que tenia por su estomago vacio aumento hasta convertirse en un completo terror. En unos minutos esa charla se había convertido en una que cambiaria su vida. Frankie era una mujer asombrosa, siempre perfecta y una amante hábil. El disfrutaba mucho de su compañía. Pero ¿La amaba?
Le dio vueltas esa idea. ¿Seria capaz de reconocer esa emoción si le aparecía? Aun estaba esperando a alguien que atrapara su corazón.

El rostro de Frankie perdió algo de brillo.

- ¿Hola, Doug? DOUGGGGIEEEEEE

Sintiéndose repentinamente incomodo en la silla, Dougie apretó la caje de los anillos y busco las palabras adecuadas.

- Me agarraste un poco desprevenido, Frankie.

- Esa es la idea de la sorpresa ¿No? – Respondió ella mirándolo a los ojos.

Una débil sonrisa se escapo de la garganta tensa de el mientras la su frente se humedecía de sudor.

- Probátela – le sugirió ella – Dame la mano.

Doug saco el anillo de la caja cuidadosamente, y se preguntaba como un anillo podía tener tanta carga emocional.

- Es my bonita – murmuro.

Con el corazón golpeteándole en el pecho, Doug se la puso y sonrio tenso.

- Me queda perfecta. – Maldita sea! Pensó en sus adentros.

- No tienes que contestar ahora mismo. – dijo ella – Llévala puesta unos días y si sentís que te gusta la idea de ser un hombre casado. Si aceptas, solo tendremos que comprar otra para mí.

- Mañana tengo que ir a visitar a mis padres a Corringham – farfullo el, cambiando de tema, deseoso de repente de visitar a sus padres, cosa que había temido momentos antes.

- ¿Cuanto tiempo vas a estar ahí?

- No lo se. Tanto como se necesite. Una semana, tal vez más. Hace mucho no veo a mi madre y ya se están poniendo viejos, tengo que ayudarlos un poco con su trabajo.

- Bueno, al menos no me voy a tener que preocupar por que encuentres a otra en Corringham. Tendrás tranquilidad, paz, es un pueblo muy pequeño.


En ese momento Corringham le pareció un refugio donde podría olvidar la propuesta durante varios días. Tendría aire puro, agua con buen sabor, ver a sus padres, pasar tiempo en ese pueblo donde el nació.

Capitulo 1

Siempre era la única e mi grupo de amigas que no tenía novio, siempre soltera y eso me encantaba, NUNCA me había enamorado, no sabía lo que era el amor y tampoco quería sentirlo… por ahora. Luchaba con el cable del teléfono mientras contemplaba en el espejo el vestido de satén negro que me había comprado para el casamiento de mi mejor amiga.

- Por dios, Victoria ¿como no te pueden gustar los casamientos?
- ¿Y como pueden gustarte a vos? Simplemente no entiendo por que gastar tanto dinero solo por una noche.
- A mi siempre me encantaron los casamientos, no como a vos. Si no fueras tan fría y poco impresionable ya estarías planeando tu casamiento, de todas nuestras amigas sos la única que sigue soltera. ¿Lo sabias?


Fruncí el Ceño.

- Eso no es verdad, si estoy soltera es porque yo lo decidí, tuve muchos hombres atrás mío pero eran todos unos idiotas, además tengo 22 años, tengo toda una vida que disfrutar y no la voy a arruinar desperdiciando tiempo de mi vida con un hombre que no me merece.
- Sos terca ¿ lo sabias? – pregunto en tono seco.


Suspire un tanto enojada.

- La verdad que lo soy y soy así no puedo cambiar.. ¿Por qué estamos hablando de este tema Estefi?
- No lo se, pero la gente empieza a hablar… siempre se preguntan porque una chica tan linda no tiene novio... Nunca tuviste ninguna relación duradera.. unas cuantas citas pero nada en serio– dijo finalmente.
- Es que nunca me enamore, nunca sentí algo fuerte por un hombre, en realidad nunca me encontré con un hombre de verdad, nunca encontré a alguien que me valore realmente, solo es eso.
- Deberías empezar a buscar un novio antes de que todos los buenos estén ocupados…
- Estefi, vos estas en Londres, rodeada de una gran cantidad de hombres. Yo estoy en Corringham, un pequeño pueblo de Inglaterra… las veces que estuviste acá... ¿Viste alguno que te haría desear ser su novia?- le dije sonriente.
- Tenes toda la razón- concedió mi amiga- deberías mudarte conmigo a Londres.
- Estas completamente loca, por nada del mundo iría a vivir a Londres, yo nací acá y muero acá. – Dije firmemente.
- Vicky no quiero que tu carrera o tu familia se interpongan en tu camino para encontrar tu alma gemela, tiene que existir por lo menos un hombre aceptable en ese lugar. No todo es tu trabajo.
- No a todas las mujeres le pagan tan bien por diseñar postres.
- Tu trabajo es fantástico.. pero ¿No tenes ningún compañero de trabajo lindo? ¿Tu jefe?


Mi Ayudante Jake era muy lindo. Pero era un secreto bien guardado que era gay. Mi jefe estaba casado, aparte de que por edad podría ser mi padre.

- Nadie remotamente posible.
- ¿Y un vecino?
- No.
- ¿Y el cartero?
- Es una mujer…
- Bueno en tres meses es mi boda y quiero que lleves a tu novio a ella, no te quiero ver sola otra vez. – Hice un bufido y me tire a la cama, sobre pila de vestidos que me había probado.
- Ok Estefi no te pongas densa con estos temas, me estresas.
- ¿queres envejecer sola?
- No¬¬! - Conteste rápidamente aceptando mi lamentable situación. - ¡¿Podemos hablar de otro tema, por favor?!