sábado, 29 de mayo de 2010

Capitulo 6

Llegue a la oficina y lo primero que hice fue buscar ropa seca, como trabajaba elaborando postres y diseñándolos siempre tenia ropa demás para cambiarme. Encontré una remera violeta y un pantalón de jean básico pero un poco ajustado debo admitir. Jake, mi ayudante, mi amigo el lindo pero gay estaba de vacaciones y mi jefe había mandado a su hijo, Dougie para que lo suplante, eso iba a ser difícil.
Cuando fui al baño me quede clavada ante el espejo horrorizada. Tenia el pelo de punta a punta en varios lados y en otros lados aplastado contra la cabeza, la ropa estaba completamente arrugada, manchada y empapada. La mascara de pestañas la tenia por las mejillas y mi tobillo parecía enorme. Me alegre de que Dougie estuviera casado, nunca me perdonaría haber conocido a ese hombre en ese estado. Me cambie de ropa y recompuse mi peinado y maquillaje y tome el calmante que me dio Aldu rogando que se vaya el dolor que sentía en mi tobillo.
Tendría que hacer todo a su lado, pasar más de 5 horas a su lado… Tocaron la puerta. Camine despacio hacia la puerta ya que mi pie me impedía moverme mas rápido.

- Hola Vicky – Era dougie, tenia todo el pelo revuelto, despeinado, como si recién se hubiera terminado de bañar, se había cambiado la remera y tenia puesta una musculosa blanca, y se le podía ver un tatuaje.

- Hola…estas... distinto – dije mientras podía sentir como mi voz temblaba.

- Vaya, vaya, acá hay muchas cosas tentadoras – se dirigió hacia la mesa donde estaban los chocolates, era como un niño pequeño.

Intente reprimir cualquier pensamiento erótico sobre “acá hay muchas cosas tentadoras”, me puse rígida y me gire hacia el. Mi pulso acelero cuando lo vi apoyado contra la pared comiendo uno de los chocolates. Lo único que hice fue dibujar una sonrisa temblorosa en mi rostro.

- ¿Qué es lo que se supone que tengo que hacer yo? – pregunto mientras pasaba la lengua por sus labios, limpiando el chocolate.

- Bueno, como sabrás mi trabajo es diseñar nuevos postres, lo que tendrías que hacer, tal como todo ayudante hace, es ayudarme en mi trabajo, tendrías que probar los ingredientes, elegirlos conmigo y probar los postres.

- Eso quiere decir que tengo que comer y comer postres – respondió con una sonrisa de oreja a oreja, era adorable.

- En parte si, pero no pienses que es todo comer y probar postres, no es tan asi.

- Voy a buscar al armario algo- dije mientras sentía como las punzadas de dolor atravesaban mi tobillo sintiendo deseo por un hombre inalcanzable.

- Espero que te guste la receta que tengo en mente para un nuevo postre, Señor Poynter.

- Deja de llamarme así, solo decime Dougie. Yo voy a hacer todo lo que digas que haga, soy tu ayudante – me miro fijo y levanto una ceja riendo, siempre pensaba todo en doble sentido... o el lo hacia apropósito.

- Sos mi ayudante, no un esclavo, tranquilo – dije mientras tocaba su hombro - ¿y ese tatuaje?

- Tengo un arito en cada oreja, tuve un piercing en el labio, uno en la lengua pero me lo saque porque me daba dolor y este tatuaje – Señalando el que cubría parte de su pecho y del brazo izquierdo- y dos tatuajes de estrellas marinas en cada tobillo.

- Wow... no tenes mas tatuajes no?

- En realidad si, pero tendría que estar desnudo para que lo vieras.. yo no tengo problema en mostrártelo..

- JAJAJAJAJAJAJA no digas estupideces por favor, como si quisiera verte desnudo JA. – si quería.

- Es broma, no tengo otro tatuaje, quédate tranquila.

- Voy a empezar a creerte menos, decís muchas bromas.

Se quedo pensatimo por unos segundos hasta que finalmente me dijo algo.

- Algunas cosas merecen la pena las consecuencias y no importa lo malas que sean – dijo mientras tomaba mi mano y me miraba con atención.

Lo mire a los ojos y trague saliva, ¿Se estaba refiriendo a esa atracción que había entre ellos o era otra de sus bromas? El brillo de ese anillo me devolvió mi sentido común. Incluso el estando casado, emanaba mucha energía sexual para sentirse cómoda a su lado, pero además bajo ninguna consecuencia estaría con un hombre casado. Ni siquiera sabia si el me estaba intentando seducir. Trate de cambiar de tema lo antes posible. Camine hacia el escritorio en busca del papel con la receta para el nuevo postre.

- Tengo que llevarle la receta a tu papa..

- Yo la llevo, no hay problema – Se ofreció el alargando su brazo hacia el papel.

Sus dedos rozaron los míos, empujando suavemente mi mano a un lado, Por alguna razón, ese toque resulto mas intimo que las dos veces que me había llevado en brazos.

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